Palabras de nuestro obispo Mons. Ricardo García García

Los Colegios Parroquiales de Cerro Alegre son parte del “tesoro” de esta Prelatura de Yauyos-Cañete-Huarochirí, porque son un canal vivo para evangelizar a los niños, padres de familia y también maestros de nuestra circunscripción eclesiástica.
Por las aulas de nuestros colegios, desde su fundación, han pasado varios miles de alumnos y con profunda satisfacción puedo decir que el colegio les ha dejado una huella profunda, que se manifiesta en ser ciudadanos de bien y buenos hijos de Dios.
Nuestros colegios quieren conjugar la excelencia de la educación con una profunda formación en valores y virtudes cristianas. Esa tarea corresponde tanto a los padres de familia como a los profesores. Por ello podemos decir que, en nuestros colegios, el que ingresa, no es solamente el alumno, sino que es la familia entera. Por ello vemos prioritario involucrar desde el comienzo a los padres de familia, para que junto a los profesores y alumnos formemos una verdadera “comunidad educativa”.
Con humildad podemos decir que nuestros colegios procuran estar en la vanguardia de la educación, tanto en los planes y proyectos pedagógicos, como en la calidad de nuestra infraestructura, pero por encima de todo está la persona humana. Deseamos que nuestros alumnos tengan claro, de dónde venimos, quiénes somos y adónde vamos. La fe católica nos ilumina con esas verdades fundamentales que son lo más importante en la educación de una persona. Nuestra identidad es ser “colegios parroquiales” con todo lo que lleva consigo. Por ello deseamos que padres de familia y profesores se identifiquen con esos principios, para un eficiente camino educativo.
Tengo que dar las gracias al equipo de profesores que tenemos en nuestros colegios, que son los ejecutores de este proyecto educativo. Su dedicación y su sacrificio van mucho más allá de lo estrictamente establecido, porque están identificados con el espíritu de nuestros colegios. Dios quiera que siempre contemos con esa actitud entre nuestros maestros.
Agradezco la confianza que deposita la comunidad cañetana en nuestros colegios. Nos obliga a esforzarnos cada día para estar actualizados, para vivir nuestro ideario y servir mejor a los niños y jóvenes que llevarán las riendas de nuestra sociedad.